1- No tiene sentido ya comentar el Barcelona-Manchester United (todos los vimos y mil sitios lo analizan). Ahora es muy fácil elogiar al conjunto azulgrana y a Guardiola: yo ya lo hice en noviembre, lo vi venir en septiembre, y si no hubiese caído algún título, para mí la valoración no hubiese cambiado (lo dije antes de la Copa del Rey). Este Barça ha conjugado efectividad y estética: lo ganado todo al tiempo que nos hacía babear a los que amamos el buen fútbol por encima de los colores. Es el mejor equipo en las vitrinas de la campaña 2008-09 aunque ya lo era sobre el césped. Y Guardiola es el protagonista futbolístico del año; lo es siendo fiel 100% a un estilo -de toque- y a una filosofía (en la final jugaron 7 canteranos, con el gesto de convocar a Muniesa). Únicamente le pongo un pero a Pep: ¿por qué no hizo los tres cambios para hacer partícipes a 14 en lugar de 13? ¿y no se merecía Bojan -y otros suplentes- más que Pedro la gloria de saltar al césped? Fue un gran gesto la dedicatoria a Paolo Maldini pero se le escaparon estos detalles.
2- El Barça 3.0 es mérito de mucha gente, anónima (el ejemplo más reciente son los masajistas que recuperaron a Iniesta y Henry) o no, reciente o lejana. El propio Guardiola se encargó de repartir méritos. Son muchos los artífices pero tres nombres destacan por encima del resto. La piedra filosofal es Johan Cruyff, quién sentó las bases de un estilo -desde las categorías inferiores- y del mimo a la cantera. La 'Santísima Trinidad culé' es evidente: si Cruyff construyó los cimientos (las vigas maestras), Rijkaard adornó la fachada y Guardiola apuntaló cada rincón de la casa además de añadir un florido jardín. Así ha llegado el Barça 3.0, que pasará a la historia por el triplete.
3- Algunos periodistas apuntaban hace semanas que el ciclo de Guardiola sería de dos o tres años, que luego entrenaría en el extranjero un periodo no muy largo y que se retiraría no dentro de mucho tiempo. Ahora muchos le aconsejan irse como un héroe, dado que el listón es insuperable. ¿Seguro? En este 2009 quedarán las dos Supercopas y el Mundial de clubes, para acabar con seis títulos este año. Y luego está el reto de repetir el triplete o un éxito morboso que posiblemente el barcelonismo firme a día de hoy, aunque fuese el único: conseguir la 'Champions' de 2010 en el Santiago Bernabeu. ¿Y si encima fuera ante el equipo titular del estadio? Lo dicho, Guardiola tiene motivaciones suficientes para seguir. Ahora, él tiene la última palabra.
4- Xavi, ¿Balón de Oro? Si un jugador gana 4 títulos (la Confederaciones puede ser el quinto y las Supercopas rematar la faena), es elegido mejor jugador de la Eurocopa y es designado el hombre del partido entre los dos mejores equipos del mundo, ¿no debería ser el próximo Balón de Oro? Sin ninguna duda, pero hacer jugar a los demás está peor valorado que actuar para el lucimiento de uno mismo. Los regates y los goles computan para los galardones el doble que las asistencias y la dirección. Por eso, y también es justo, se lo llevará Messi. No obstante, yo se lo daría al director de las dos mejores orquestas que hay sobre el césped. Luego, el argentino; y a continuación, con tantos títulos como los dos citados, el talento de Iniesta y la garra de Puyol. Cuando los clubes buscan fichar estrellas a base de talonario, mis cuatro elegidos son canteranos. Otro tanto para un Barça al que para acabar de 'enamorar' a todos -salvo a la mayoría de madridistas- sólo le falta no mezclar deporte y política. ¿Por qué no hay banderas españolas? ¿Por qué ningún catalán ni Guardiola pronuncian palabras en español a sus aficionados no catalanes y no nacionalistas en los festejos? ¿Por qué el título se ofrece a Cataluña? Perfecto el cariño a la tierra, perfecto que prevalezca, pero lo español tiene que tener cabida aunque sea de forma secundaria.
5- En el Real Madrid, la 2008-09 ha sido justamente todo lo contrario. Ningún título, mal juego en la mayoría de encuentros, numerosos problemas extradeportivos y esperpéntica carrera electoral. Para añadir más verguenza al asunto, el 'adorado' (al que nadie recuerda sus tres años en blanco y su salida por, según él, su incapacidad para manejar el vestuario galáctico) fijó ayer una comparecencia de prensa 'casualmente' a la misma hora que comenzó la rúa de los campeones; después, concedió entrevistas a los medios que le han colocado la alfombra roja -algo que no necesitaba- para llegar al Bernabeu en las últimas semanas. Ya sabemos cómo se intenta ensombrecer la repercusión del triplete, ahora el madridismo confía en que se sepa también establecer las bases (como hizo Cruyff hace dos décadas en el rival) de un proyecto a la altura del club y no sólo fichar nombres que copen las portadas.