Rubi, presentado ayer como nuevo entrenador del Sporting, dejó entrever las líneas maestras por las que quiere que transcurra el equipo rojiblanco. Este es su decálogo.
-Hay tiempo para revertir la situación.
-Hay talento y un buen grupo humano en la plantilla actual. Por eso está más preocupado en sacar más rendimiento a los jugadores con los que ya cuenta que en pensar en posibles fichajes.
-Quiere un equipo organizado, con orden. Ante el Betis, pese a los pocos entrenamientos que podrá realizar, dice que espera que se puedan ver ya cuatro cosas a nivel de organización defensiva.
-Quiere que su Sporting sea, a la vez, descarado; que tenga ambición de ganar ante cualquier rival. Dice que no le asusta jugar contra nadie: "Voy a preparar el partido para ganarlo sea quien sea, porque no podemos tirar ningún punto".
-El objetivo es recortar puntos con el equipo, sea cual sea, que esté por encima en la tabla.
-Que su equipo sepa a qué juega, aunque con flexibilidad en modelos futbolísticos: trabajar juego directo y elaborado, defensa atrás y presión alta... "Sí solo juegas al contraataque, por decirte algo, creo que no es suficiente", dijo en su presentación.
-Obtener pronto un buen resultado que genere confianza. Cree que la llegada de su cuerpo técnico supondrá un chute anímico y hablará con el coach antes de decidir si sigue contando con sus servicios.
-Adaptarse él a las fortalezas del equipo, no que el equipo se adapte a él.
-Mucho trabajo. Exigirá mucho a sus jugadores, que luego obtendrán su recompensa en el campo.
-El apoyo de la afición será básico. Está convencido de que El Molinón, que Rubi ha sufrido -dijo- como rival, dará puntos.