Colaboración con Golaverage
-Menos
puntos y menos goles a favor en la segunda vuelta. Si uno
compara la trayectoria del Sporting en lo que se lleva disputada de
segunda vuelta con las 18 jornadas equivalentes de la primera mitad
del campeonato, hay dos diferencias evidentes: ha sumado 7 puntos
menos y ha marcado 8 goles menos. El ranking ATP -como lo bautizó
Sandoval- sale, por tanto, muy negativo. El objetivo era mejorar la
primera vuelta en la segunda, pero posiblemente hubiese sido
suficiente con igualarla.
En la
jornada 18 de la Liga, el Sporting era 3º, con 31 puntos (a 1 del
ascenso directo) y con 31 goles a favor frente a 23 tantos en contra.
En los 18 encuentros disputados de la segunda vuelta, el Sporting
sería 10º en la hipotética clasificación, con 24 puntos.
Paradójicamente, ha encajado un gol menos (22), pero en cambio ha
marcado 8 menos (23) que en los mismos encuentros de la
primera vuelta. El potencial goleador no se ha mantenido y eso ha
lastrado a un equipo que sigue concediendo ocasiones y tantos a los
rivales.
El
Sporting concluyó la primera vuelta 2º, con 33 puntos, y con un
balance goleador de 35 a favor-28 en contra. Ahora, solo podría
igualar esa puntuación en la segunda vuelta si hace un pleno en
las tres jornadas restantes (para pasar de 24 a 33 puntos), lo cual
significaría superar la barrera de las dos victorias consecutivas,
algo que no ha conseguido en toda la temporada, ya que únicamente
una vez ha enlazado dos triunfos.
-Dos
lastres: los últimos minutos y los números a domicilio.
El Sporting ha ido cayendo puestos como consecuencia de un
cúmulo de factores. Cada vez le cuesta más marcar goles (Scepovic
representa el mejor ejemplo del bajón ofensivo colectivo: marca
menos goles y ya no ofrece tantos movimientos sin balón beneficiosos
para sus compañeros), los errores arbitrales le han privado al
equipo de los puntos suficientes para estar en ascenso directo, no ha
resuelto los problemas defensivos (especialmente en la recta final de
los partidos) y lejos de El Molinón los números distan mucho de los
que deberían corresponder a un grande de la categoría.
Las
estadísticas a domicilio, salvo en el tramo intermedio de la
campaña, son ridículos. El Sporting sumó 5 puntos en sus primeras
siete salidas (24% de los puntos), luego maquilló sus números
visitantes con un sorprendente 14 de 18 en los siguientes seis
desplazamientos (78%) y en la decisiva recta final está
complicándose el objetivo del ascenso por su rendimiento lejos de El
Molinón, con 2 puntos de los últimos 21 posibles a domicilio
(apenas un 9'5%). En cambio, el Sporting es el segundo mejor local de
la categoría: empezó sumando 16 puntos de 21 (76%) y, tras un bajón
de 6 puntos en las cinco jornadas intermedias (40%), ha logrado 14 en
los últimos siete choques en Gijón (66%).
En cuanto
a la sangría en los minutos finales de los encuentros, los datos
hablan por sí solos. El Sporting ha rescatado 3 puntos a partir del
minuto 80, pero ha perdido 11 en esos últimos 10 minutos de los
partidos. El balance es de -8 puntos, una cantidad más que
suficiente para estar ahora peleando por ser campeón. El conjunto
gijonés no sabe gestionar esos instantes finales: no consume tiempo
conservando el balón y/o parando el juego, se echa muy atrás y
concede siempre alguna oportunidad al rival.
-¿Por
qué no defender con balón? Hay
dos maneras de defender: teniendo el balón (para que lo tenga menos
el rival y mantenerlo alejado el mayor tiempo posible de tu área) o
cediéndole la posesión al contrario (achicando espacios, trabando
los partidos y mostrando una solidez colectiva sin fisuras). Dicho
esto, y observando tanto los problemas defensivos que tiene el equipo
como las características de la plantilla sportinguista, uno
lleva toda la temporada preguntándose por qué no se opta por
intentar defender bajo la primera premisa en lugar de sin balón.