Diario de un sportinguista en el 'exilio': Sporting-Espanyol

Compartía Gijón con mi lugar de residencia el viento, pero yo divisaba un sol tímido mientras en El Molinón diluviaba. Ya me he actumbrado a vivir los partidos desde unos 500 kilómetros de distancia y, aunque lo climatológico ayer ayudaba a no echar de menos mucho estar en las gradas rojiblancas, uno siempre envidia a los que pueden disfrutar de esos minutos previos cerca del Piles y los 90 alentando al Sporting desde su rinconcito del centenario estadio.

Enfrente estaba un Espanyol temible, por jugadores y por racha. Afortunadamente, la salida habitual fulgurante del conjunto de Preciado tuvo un premio tempranero: al minuto 3 De las Cuevas decidió jugar un córner con Diego Castro, cuyo disparo fue desviado lo justo por un oportunista Bilic. Y al cuarto de hora, el gallego, que fue el capitán, hizo de las suyas con un caño previo a un tiro sin consecuencias. Lo que quedaba de primera parte salió el Sporting de esta campaña: el que deja metros al rival, se ordena, juega serio y espera su oportunidad. Sin embargo, el Espanyol se adaptó mejor al terreno de juego y no es un rival propicio para hacer tanta concesión.

Menos mal que hubo falta de puntería periquita, en especial de un Callejón que primero apuntó al muñeco y luego desaprovechó un mano a mano por dudar si forzaba el penalti, y que la suerte quiso que el larguero repeliese un remate de Luis Garcia. El 60% de posesión blanquiazul tuvo sólo el impás de una intervención de Kameni a disparo desde la frontal de Bilic en el minuto 21. Al filo del descanso, yo empecé a 'temblar' por la entrada de De la Peña. Siempre es preferible que esté en el banquillo cuando se trata de un rival. Y por fin llega el descanso y con 1-0 a favor, pese a una nueva ocasión de Iván Alonso que se fue fuera. El Sporting apenas aportó nada tras el gol con mucha imprecisión en ataque (la línea de mediapuntas estuvo menos brillante, tal vez por la pesadez del césped).
El Espanyol mereció más pero este Sporting me da buenas vibraciones en estas situaciones. Sabe llevar el dominio ajeno con serenidad y las segundas mitades suele, por motivos físicos posiblemente, estar más incisivo. De hecho, un jugadón de Lora, que se fue de todo el mundo, lo estropeó De las Cuevas, quién se empeñó en hacer su guerra cuando tenía a Diego Castro solo a su izquierda. La pelota era visitante pero no inquietaba a la zaga gijonesa, alentada por el grito continuo de una afición que no se arruga ni con lluvia torrencial. En cambio, las contras sportinguistas no obtuvieron el 2-0 de milagro: Luis Morán tuvo dos acciones consecutivas antes de ser sustituido por Carmelo (yo hubiese retirado a De las Cuevas, al que afectó el pesado estado del césped), el canario disparó alto poco después, Kike Mateo pudo hacer doblete pero no acertó ni con la pierna ni de cabeza, y el gallego de oro (Castro vamos) a punto estuvo de repetir el gol antológico que hizo en Cádiz hace dos campañas, es decir caño en un vértice del área y tiro cruzado. Este Sporting, menos vistoso pero más práctico, nos da otra semana de felicidad. Ahora la Copa y a recuperar a Michel, al que se echó mucho en falta para tener posesión y serenidad así como escudero del omnipresente Rivera.

-Sporting: Juan Pablo, Lora, Gregory, Botía, Canella, Matabuena (Diego Camacho, m.73), Rivera, Luis Morán (Carmelo, m. 69), De las Cuevas (Kike Mateo, m. 81), Diego Castro y Bilic.
-Espanyol: Kameni, Pillud, Pareja, Forlín, Chica, Moisés, Verdú (Nakamura, m. 54), Luis García, Iván Alonso (Sahar, m. 77), Marqués (De la Peña, m. 39) y Callejón.
-Goles: 1-0 Bilic (m.3)