Diario de un sportinguista en el 'exilio': Mallorca-Sporting

Ayer vi el partido en el Bar Nalón, un 'mini Molinón' situado en el corazón de Madrid. Fue especial por el gran ambiente y por volver a ver una victoria en Primera después de más de una década. Sabía que tal y como se estaba jugando llegaría pronto, de hecho ayer a las 16:30h le dije a mi padre: "Tranquilo, hoy se gana 0-2". Tal confianza tenía que cuando pitaron el penalti en contra le aseguré que lo fallarían porque los que no son, no se suelen marcar. Y es que ayer fue un día de esos que te sale todo bien: aparcas donde quieres a la primera (eso en Madrid es a menudo una utopía), el Sporting por fin tiene suerte en las dos áreas, hasta te encuentras con gente por sorpresa (un ex compañero de mi equipo asturiano en cadetes y un periodista sportinguista de una emisora de radio)... y por si fuera poco veo el primer triunfo junto a mi padre, que está de visita por la capital.

Por todo eso, ayer fue un buen día en lo deportivo. El Sporting hizo un gran partido, aunque fue mejor el que se hizo contra el Villarreal. El único pero fue no matar el partido, que nos hizo sufrir (tampoco demasido) en la recta final de forma tonta. Menos mal que fallaron el penalti, que el Mallorca tenía la puntería desviada y que Cuéllar dio una exhibición (aprovecho para recordar a Sergio Sánchez porque no creo que él fuera el culpable de las goleadas). Si Bilic no hubiese encontrado otra vez el larguero o se hubiesen marcado las cinco ocasiones que se tuvieron para sentenciar, la historia sería aún más optimista.

Ya dije que era un problema más psicológico que futbolístico, que este equipo acusó el duro calendario inicial y con tres partidos en seis días sin poder recuperarse del mazazo anímico tras el 1-6 engañoso ante el Barça (se produjo cuando nos quedamos con diez y a otros más poderosos le hicieron un roto peor a mi juicio pese al idéntico marcador). Este equipo juega bien y poco a poco está ganando oficio defensivo. La pena es que el parón de esta semana nos frene el buen momento de juego.

Eso sí, ni antes éramos tan malos ni ahora somos los mejores por haber ganado. Me quedo con el nivel notable de juego, con el peligro ofensivo (Carmelo, al que sólo le falla que aguanta una hora, es un auténtico crack; Diego Castro es uno de los mejores regateadores de la Liga, Luis Morán está enchufado, Bilic no deja de trabajar para el equipo... y falta por 'aparecer' Míchel), con el equilibrio que aporta Diego Camacho, con la seriedad de la pareja Gerard-Neru atrás (aunque sigue habiendo pequeños desajustes) y los paradones del 'Pichu Cuéllar.

Los tres puntos les darán moral, el nuevo 6-1 del Barça tiene que demostrar también algo y ahora tenemos dos semanas para disfrutar. Sigo pensando que a poco que no se ponga la suerte en contra, esta plantilla con todos sus defectos y carencias puede quedarse en Primera sin sufrir en exceso.