Diario de un sportinguista: Sporting 3 - Alavés 2

Con retraso, cuelgo unas fotos hechas con un móvil el pasado sábado 22 de diciembre en el Sporting de Gijón-Alavés, antes del cual el speaker felicitó las fiestas a todos aunque no nos tocase la lotería. Pasé mucho frío y muchos nervios pero también tuve varios minutos de mucha alegría. El Sporting se adelantó 3-0 en el marcador (no me lo creía), luego se quedó con diez, posteriormente el Alavés marcó dos goles y sufrió dos expulsiones, y el partido finalizó tras seis minutos de descuento que casi acaban con mi corazón.

Y me gustaría destacar la acción que desembocó en el primer gol. Un jugador del Alavés se duele en el suelo y su propio equipo continúa la jugada durante casi un minuto sin lanzar fuera el balón. Cuando lo pierden, reclaman al Sporting que lo haga y ante un desplazamiento en largo, un defensa del equipo vitoriano tiene que despejar de cabeza a saque de banda. Al poner el esférico en juego, el Alavés sigue pidiendo que los rojiblancos devuelvan la posesión, pero Omar (a mi juicio de forma acertada) avanza y da la asistencia de gol a Barral. El rival protesta, los locales lo festejan y la grada se alegra de que un equipo tan marrullero y con tan poco juego limpio (todo el día haciendo faltas o fingiendo) acabe pagando casi con su propia moneda su actitud de todo el encuentro.

Y finalizo con dos anécdotas.

1) Barral y su pareja no se ponían de acuerdo sobre el nombre de su futura hija, así que decidieron que si el delantero marcaba, él elegiría. Así fue y parece ser que la niña se llamará Paola.

2) Me contaron un buen chiste aunque vaya contra mis colores: ¿Por qué al Sporting le llaman el marisco? Porque sube por Navidad.

Pd. En la temporada pasada, también se ganó en el último partido del año, también en El Molinón, y también se acabó con 31 puntos. Espero que el final sea distinto y más alegre, que creo que ya toca.