26 enero 2015

El documental de la carrera de Riquelme en Boca Juniors





Documental biográfico no oficial sobre la carrera en Boca Juniors de Juan Román Riquelme, que ha anunciado en las últimas horas su retirada del fútbol. Una lástima que no incluya su etapa en Villarreal, la cual disfruté enormemente.

19 enero 2015

Mejores rachas sin perder en España (desde la temporada 2010-11)

Estas son las mejores rachas de jornadas ligueras sin perder en España -Primera y Segunda División- desde la temporada 2010-11 (últimas cuatro temporadas y media, incluyendo la presente). Las cifras y los equipos protagonistas de estas rachas demuestran el valor de las 20 jornadas invicto del Sporting 2014-15, repleto de canteranos y sin poder fichar ni en verano ni en invierno.

(pincha en la imagen para verla a mayor tamaño)

12 enero 2015

"El Sporting, la Tierra Media y El Molinón"

-Colaboración con Golaverage.com


* El Sporting, especialista en 'Tierra Media', pero gracias al factor campo. A primera vista, y a falta de medirse al Betis, se observa que el Sporting:

-Suma 3 puntos sobre 9 ante conjuntos de la zona alta (no ha ganado a los tres equipos que le acompañan en los cinco primeros puestos a los que se ha enfrentado).

-Suma 28/30 puntos ante clubes de la zona media (ha vencido a nueve de los diez equipos situados entre el sexto y el decimoquinto puesto de la tabla).

-Suma 7/21 puntos ante los equipos de la zona baja (ha empatado ante los siete últimos clasificados).


+Para simplificar el análisis, si dividimos a los veinte equipos a los que ya se ha enfrentado el Sporting en dos grupos en función de su puesto en la clasificación, se observa que se le dan mejor los rivales de la mitad alta de la tabla que los de la mitad baja. Eso sí, con un matiz importante: el factor Molinón.

-Ante los diez mejor clasificados de esos veinte rivales, el Sporting ha sumado 24 puntos de 30 (7 victorias y 3 empates), con 18 goles a favor y 8 goles en contra (el equipo gijonés marcó en los diez encuentros y no encajó tantos en dos choques). Hay que tener en cuenta que jugó siete de estos diez partidos como local.

-Ante los diez peor clasificados de esos veinte rivales, el Sporting ha obtenido, en cambio, 14 puntos (2 victorias y 8 empates), con 9 goles a favor y 7 goles en contra (no marcó goles en tres compromisos y no encajó en cuatro partidos). Pero con el matiz importante de haber disputado únicamente dos de estos encuentros en casa y los ocho restantes lejos de El Molinón.


* Una segunda mitad de campeonato con factor campo a favor.

-El Sporting es el único equipo de Segunda al que le quedan por disputar doce partidos en casa. Además, como se apuntaba en el apartado anterior, ocho de esos doce rivales están ahora situados en la mitad baja de la tabla. En definitiva, le quedan más partidos y en teoría más sencillos en casa, y menos encuentros aunque con mayor dificultad fuera de casa.

-Si en lo que resta de Liga los cuatro primeros clasificados mantuvieran sus actuales promedios de puntuación como locales y visitantes, la clasificación acabaría de la siguiente manera

1) Las Palmas 88 puntos (sumaría 46 en las 22 jornadas que quedan: 25'3 pts en casa y 20'9 fuera)
2) Sporting 81 puntos (sumaría 43 en las 22 jornadas restantes: 27'6 en casa y 15'4 fuera)
3) Valladolid 79-80 puntos (sumaría 41-42: 25'3 en casa y 16'5 fuera)
4) Betis 77-78 puntos (sumaría 40-41: 24'2 en casa y 16'5 fuera)


02 enero 2015

LEDIAKHOV, EL JEKYLL Y HYDE SPORTINGUISTA

                                                    --Texto incluído en el libro "Un Derbi Solidario 2", publicado en las navidades de 2013 (os animo a adquirir cualquiera de las tres entregas de este proyecto solidario)



Igor Lediakhov ha sido uno de los grandes genios sportinguistas. Genio para bien y, posiblemente también, para mal. En el campo, era el doctor Jekyll y Mr Hyde. Con todo, fue el gran referente para una generación que disfrutó de los últimos coletazos de un Sporting de Primera y alcanzaría posteriormente su madurez en la década interminable de travesía por Segunda.
Tosco de palabra, cautivador por acción y desesperante por omisión. Esquivo con los medios de comunicación, serio en el trato con los aficionados, pero bromista en el vestuario como recuerda Dimitri Cherishev. Unos días se desenvolvía en el tapete de El Molinón con la tranquilidad de quien disfruta de un paseo por la calle Corrida. Ni siquiera importaba en esas ocasiones que el rival fuera el Barcelona o que en apenas 90 minutos el equipo se jugara toda una temporada en una promoción de infarto. Cuando se sentía motivado, sorteaba rivales con su elegante zancada, encontraba espacios como si se encaramara al mirador de La Providencia, ejecutaba pases de seda y córners que desafiaban al ‘Elogio del Horizonte’, e incluso se atrevía a soltar algún disparo tan agrio como su aparente carácter.
Su otro yo, en cambio, se arrinconaba en una banda, desde donde su indolencia, un defecto que engendra herejes, hacía un guiño a la condición de Ciudad Balneario de su localidad natal y acababa con las paciencias rojiblancas. Su fama de vago le perseguía hasta el punto de que uno de sus entrenadores en el Sporting encargó al médico un test de espirometría y diversas pruebas de esfuerzo para comprobar si un mal estado físico era la causa de que no se esforzase en el día a día en Mareo. Los resultados asustaron a técnico y médico, pero de tan espectacularmente buenos que eran.
Así era el ‘Príncipe Ruso’, un apodo que le viene como anillo al dedo a un futbolista que llegó de Sochi, lugar de residencia de familias acomodadas y destino vacacional por excelencia de una mayoría de sus compatriotas. Mucho antes de convertirse en sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, sus habitantes ya disponían de unas instalaciones propicias para la aparición de deportistas de primer nivel. Así emergió, por ejemplo, el tenista Yevgeny Kafelnikov, vecino de infancia de la familia Lediakhov y cuya retirada profesional también se produjo en 2003.
A pesar de los 3.614 kilómetros en línea recta que separa Sochi de Gijón y pese a cambiar el Mar Negro y la Cordillera del Cáucaso por sus homólogos cantábricos, se sintió como en casa. El clima es similar (en Sochi las temperaturas oscilan entre unos 3 grados de mínima en invierno y una máxima de 28 en verano), ambas regiones comparten buenas playas y vegetación; y además, en lo deportivo, él no abandonó los colores rojiblancos de su Spartak de Moscú. También se encontró con otras instalaciones de entrenamiento de alto nivel, Mareo, donde se ganó pronto otro sobrenombre: el del ‘Mago de Sochi’ con el cual le bautizó el periodista Ruben Díaz porque “en los entrenamientos le veía hacer cosas que hacía Zidane”. Unas sesiones en las que exasperaba a uno de sus entrenadores, Benito Floro, quien temía que su estrella cogiese hongos por culpa de su manía de regresar descalzo a la caseta.

Hay leyendas de vestuario que cuentan que Floro perseguía a los tres rusos con papelitos para agilizar su aprendizaje del castellano. De inmediato, Cherishev se quedaba solo en la mesa. Nikiforov y Lediakhov disimulaban en cuanto le veían aparecer: hacían que llamaban por teléfono o se iban corriendo al baño. Pero Floro, que quería aprender idiomas, sí les obligaba a ejercer de profesores particulares de ruso después del almuerzo, privándoles de la siesta en las concentraciones de pretemporada.
Los habituales de Mareo seguro que recuerdan aquella mañana en la que Ciriaco Cano no conseguía que Lediakhov enviase el balón desde el córner al lugar exacto donde le indicaba. Entonces, el entrenador se dirigió al banderín y trasladó a la práctica un par de veces su consigna teórica: “Usted no ve la Premier. Hay que usar el toquecito inglés. Así, ¿lo ve?”.
Precisamente en un córner botado por Lediakhov nació el mejor gol que se ha visto en mucho tiempo en El Molinón. Aquella volea de ‘Perico’ Pérez ante el Valladolid. El fútbol hace posible que un argentino y un ruso se entiendan con señas. Ellos solo necesitaban mirarse un suspiro. En aquella situación, Hugo le marcó el pase con el dedo y el resto ya está en las videotecas. “No estaba metido en el grupo a nivel social, sí en lo futbolístico”, explica hoy en día el mediocentro de Avellaneda.
Cuando Igor se vestía de calle, se encerraba en su casa de Somió, esa cuya dirección y teléfono aparecía en las Páginas Blancas de la época. He de confesar que en varias ocasiones sentí la tentación de marcar su número, pero mi admiración, la misma que me empujó a acumular recortes de periódicos, se impuso en todo momento a aquel ímpetu infantil. Y en aquella casa, alguna vez, acabó cenando algún miembro de la pandilla formada por los rusos y el portero Juanjo porque ninguno era capaz de convencerle para acudir a un restaurante.
Esto y mucho más es Lediakhov. Para unos una estrella, para otros un indolente. Para mí, Igor es una titularidad en la goleada de Rusia a Camerún en el Mundial de 1994, un gol ante el Barcelona en su debut oficial en El Molinón, una firma en una camiseta Joma rojiblanca con el 10 a la espalda, una foto al lado de mi gran ídolo de infancia en el estadio de Miramar, 43 goles en 209 encuentros, una conversación telefónica en 2005 para un proyecto fallido de un libro conmemorativo del centenario sportinguista (“estoy aquí con niños por todas partes”, me soltó con tono simpático para justificar el bullicio que nos acompañó durante toda esa charla)… y, sobre todo, Lediakhov es una actuación descomunal en la promoción ante el Lleida. El zar no ganó en solitario aquel partido, pero tenerlo ese día en tu equipo fue como disponer de vidas infinitas en un videojuego.



-Foto: La Cola de Vaca