Brendan Rodgers es uno de los entrenadores de moda. El ex del Swansea ha colocado al Liverpool en lo más alto de la tabla de la Premier League. Su proyecto requería tiempo y el paso de los meses ha dado la razón a los aficionados y dirigentes reds que tuvieron paciencia. En Junio de 2012, tras su fichaje por el Liverpool, publiqué el siguiente artículo en el Perarnau Magazine.
"Brendan Rodgers o el espíritu de Guardiola en Anfield"
Brendan
Rodgers convirtió una circunstancia adversa (la lesión que le
obligó a colgar las botas a sus 20 años) en una gran oportunidad
para formarse como técnico. Desde sus inicios en los banquillos en
las categorías inferiores del Reading tuvo claro su punto de
partida: “Mi
idea del fútbol está basada desde que era un entrenador joven en el
modelo del Barcelona”.
Así, textualmente, inició el norirlandés una charla reposada que
mantuvimos el pasado mes de enero en su ordenado y pequeño despacho
de las modestas instalaciones de entrenamiento del Swansea. Su
devoción hacia la entidad culé le llevó durante una época a
realizar cuatro visitas anuales a La Masia, sobre todo en la etapa de
Frank Rijkaard, representante de la otra escuela que sustenta su
filosofía futbolística: la holandesa.
Antes
de dirigir a Swansea, Reading y Watford, completó su preparación
como integrante del staff
técnico
de Mourinho en el Chelsea. “Aprendí
de José muchas cosas sobre fútbol, mentalidad y psicología, pero
tengo mi propia identidad. Me gusta ganar, aunque me gusta ganar
bien, con un estilo”.
Ese matiz explica su gran respeto por Pep Guardiola, al que califica
como un entrenador fenomenal, pero recalcando que también cogió
mucho de su amigo y ex jefe portugués.
NO SÓLO UN ENTRENADOR
En
el Swansea, Rodgers ha cumplido el sueño de ser un manager
de
Premier, aunque haya sido en algunos aspectos con unas limitaciones
impensables en un club de ese nivel. En los últimos dos años ha
tenido que multiplicarse. Por ejemplo, entre sus numerosas funciones
comomanager,
planificaba con un mes de antelación los viajes del primer equipo.
Además, se ha visto obligado a tirar de contactos para reforzar al
equipo y realizar las tareas de scouting,
donde apenas contaba con colaboradores. Pero no consideraba
prioritario que la entidad galesa tuviera que crecer en este ámbito:
“A
veces, más es menos”.
Estos detalles, a priori irrelevantes, ayudan a contextualizar su
fichaje, arrojando luz a los motivos, aparte de los evidentes, que
podrían haber empujado a Brendan a dar el sí a los dueños del
Liverpool y posiblemente aceptar determinadas condiciones. El tiempo
demostrará si en Anfield, como parece, no tendrá que dedicar tanta
energía a tareas ajenas a las de un entrenador al uso. Incluso hasta
puede venirle bien en un ambiente de tanta presión y exigencia como
el que se va a encontrar.
Si
le pides al norirlandés que defina brevemente su prototipo de
equipo, te dirá tres conceptos: ofensivo, creativo y con disciplina
táctica. En él, todo arranca de la premisa de controlar los
partidos a partir de la posesión, sacando el balón jugado desde
atrás, con paciencia y ensanchando el campo para utilizar la
velocidad en las bandas, con el objetivo de llegar con bastante gente
al área contraria. Sin olvidar que a sus jugadores les exige un
ritmo elevado, tanto en la faceta ofensiva como en la defensiva, en
la cual considera primordial la agresividad y la presión alta, con
un trabajo colectivo encaminado a recuperar cuanto antes la
iniciativa. Porque está plenamente convencido de que la mejor
defensa posible es tener el balón.
Sus
entrenamientos, sesiones no muy largas pero sí intensas, se centran
en ejercicios de posesión y posición, muchos en espacios reducidos,
con la pretensión de incidir directamente en las señas de identidad
que quiere para su equipo en los partidos. Aunque su foco de
preocupación ilumina a sus propios jugadores, también analiza con
detalle a los rivales, destinando el día anterior y las horas
previas a cada encuentro para las sesiones de video y charlas
técnicas.
Rodgers
posee personalidad y carisma para liderar un vestuario, donde no
renuncia a un trato relativamente cercano con los futbolistas, a los
que respalda en público de manera firme, individual o colectiva,
cuando la situación lo requiere. En el Swansea consiguió que el
grupo, solidario dentro y fuera del campo, estuviera siempre por
delante de cualquier nombre. Sin embargo, tal vez con un mayor número
de egos en su plantilla encuentre más problemas si repite su
práctica de utilizar un bloque reducido de habituales en las
alineaciones. Asimismo, cabe destacar en esta línea que no siempre
agota las sustituciones, apurando en bastantes ocasiones la entrada
de jugadores de refresco.
El
nuevo manager
‘red’
es un profesional idóneo para darle un proyecto a medio-largo plazo
con confianza plena por parte de los dirigentes para buscar el qué
pero de la mano del cómo. Una de las incógnitas por despejar es si
los dueños y el entorno de su nuevo club van a tener paciencia en
caso de que los inicios no respondan a la enorme exigencia que
requiere la historia del Liverpool. Otra, comprobar si el norirlandés
amoldará en mayor o menor medida su sistema y filosofía de juego a
la plantilla que tenga o si, como apunta la lógica, tratará de
instaurar su sello, seguramente de un modo paulatino y siendo
consciente de que no puede construir un equipo a imagen y semejanza
del Swansea que ha modelado. Sea como sea, son nuevos alicientes para
seguir de cerca al nuevo Liverpool de Brendan Rodgers y la Premier
League 2012-13.
-Artículo publicado el 03/06/2012 en Magazine Perarnau
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