06 febrero 2014

Laudrup, la crónica de una salida ¿anunciada?

Michael Laudrup condujo al Swansea a levantar la Copa de la Liga, el primer gran título en la historia del club galés, el 24 de febrero de 2013. Ni siquiera un año después, el 4 del segundo mes de 2014, el danés ha sido destituido. Los dirigentes 'Swans', como recordó su modélico presidente Huw Jenkins en el comunicado oficial, no se han caracterizado por decisiones de esta índole. De hecho, a finales de febrero (¡otra vez este mes!) de 2007 fue cuando se produjo el anterior relevo del banquillo en mitad de una temporada: entonces, Roberto Martínez colgó las botas para volver al club que había abandonado meses atrás y dirigir a unos excompañeros a los que había capitaneado. Ahora se produce cierto paralelismo en la elección de Garry Monk, un peso pesado en los 'Cisnes', sin experiencia como mánager al igual que Roberto en 2007, pero que se ha empapado de la filosofía de juego innegociable bajo las órdenes del propio Martínez, Brendan Rodgers y demás técnicos.

A muchos les puede sorprender la destitución del danés y, en cierto modo, es lógico en base a varios argumentos. Por un lado, el Swansea lleva casi una década apostando por proyectos estables y todos sus últimos manager, salvo Paulo Sousa, únicamente se fueron tras recibir ofertas irrechazables de otros clubes. Por otro lado, se consuma el relevo a solo cuatro días del derbi galés ante el Cardiff. Y además, aunque los resultados no han sido bastante positivos desde que se conquistó la Copa (6 victorias en 24 choques esta temporada y una sola en las últimas 10 jornadas de la Premier), su situación en la tabla no reviste la gravedad suficiente como para haber tomado una decisión drástica.

Sin embargo, los que siguen de cerca al Swansea lo veían venir. Posiblemente no en esta semana, tal vez no hasta junio. Simplemente se ha adelantado unos meses una salida anunciada. Este asunto daría para escribir una buena parrafada, pero también se puede resumir superficialmente en pocas líneas.

Michael Laudrup tenía dos frentes abiertos. Había perdido el control del vestuario, donde no estaban contentos ni con sus métodos de entrenamiento ni con la preparación de los partidos (análisis de los rivales). Esta percepción arrancó ya en los orígenes de su etapa al frente del Swansea. A comienzos de la temporada pasada, los pesos pesados del vestuario trasladaron a Jenkins sus quejas sobre las sesiones del nuevo técnico y su intención de cambiar el estilo de juego tan característico del 'Swanselona' (el danés quería más verticalidad, menos rondos estériles y que los extremos crearan superioridad por dentro en lugar de pegarse a la banda). Año y medio después, los medios galeses han insistido en este malestar entre los jugadores, que además echaban en falta un análisis más exhaustivo de los rivales.

El otro frente abierto de Laudrup comenzó al final de la pasada temporada, cuando aparecieron discrepancias con los dirigentes con motivo del presupuesto para reforzar la plantilla. El Swansea rompió relaciones con Bayram Tutumlu, el representante del entrenador danés.


Sin entrar en más matices, esta explicación superficial ayuda a entender la decisión del Swansea de prescindir a mitad de temporada, a cuatro días del derbi de Gales y con el equipo fuera del descenso al entrenador que conquistó el primer y único gran título en la centenaria historia de los 'Jacks'. 

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