Colaboración
con Golaverage.com
Lo reconozco, inicialmente tenía dudas sobre el actual entrenador
del Sporting. Pero con el paso del tiempo ha conseguido que vayan
desapareciendo. Eso no significa que esté cien por cien de acuerdo
con todo lo que ha hecho ni con todo lo que hará, pero en líneas
generales me está convenciendo. En un ambiente turbio, pesimista y
escaso de recursos, Abelardo es el soplo de aire que permite al
velero rojiblanco navegar, que no es poco mientras la marea no se
lleve los vientos en contra de la entidad rojiblanca. Él y ver la
ilusión de tantos chavales de Mareo permiten que el sportinguisimo
pueda mostrar alguna sonrisa esporádica entre tanta desolación.
Vamos con los aspectos positivos que ha traído Abelardo:
1) Cultura del esfuerzo. El equipo puede jugar
mejor o peor, tener más o menos acierto, pero los jugadores saben
que tienen que empapar la camiseta hasta la última gota de sudor en
cada partido. Es innegociable para entrar en el once y en las
convocatorias, porque los entrenamientos también cuentan.
2) Solidaridad. El once titular es un bloque
solidario en el césped. Se piensa en el equipo antes que en el
individuo. El entrenador no dejará que nadie se considere estrella
ni más importante que el resto de sus compañeros.
3) Solidez. Es cierto que el Sporting ha encajado
un gol por partido y que sigue teniendo despistes defensivos, y no
sólo a balón a parado, pero también se aprecia una mayor solidez
en el equipo. El rendimiento individual de los defensas ha crecido y
el trabajo defensivo colectivo de los diez jugadores ofrece menos
espacio y tiempo al rival.
4) Sin excusas. Desde su llegada al banquillo,
Abelardo ha huído de las excusas. Puede asegurar públicamente que
esperaba fichajes, que el equipo está descompensado, o que apenas
tiene dos delanteros y uno de ellos es juvenil, pero eso jamás
restará mentalmente ni en él ni en sus jugadores a la hora de
competir. Con lo que hay se puede a ganar a cualquiera: ese es el
pensamiento.
5) Naturalidad. Desde este verano me ha
sorprendido gratamente la naturalidad con la que asume las
situaciones y contesta todas las preguntas, la espontaneidad y
claridad con la que lanza sus mensajes, sin esconderse, aunque sus
palabras no agraden en el club.
6) Mareo. Conoce la cantera y apuesta por ella. Y
creo firmemente que apostaría por Mareo si hubiesen llegado
fichajes. Obviamente, en ese supuesto, igual alguno de los más
jóvenes tendría menos presencia en el primer equipo y dejaría que
siguiera su progresión en el filial, algo que le beneficiaría más
que la actual situación.
7) No mira el DNI. Y si no mira el carnet para la
edad, tampoco lo hace para el nombre. No parece que le tiemble el
pulso para dejar a quien sea fuera del once o de las convocatorias.
8) Cambios. Hay una tendencia general hacia el
inmovilismo en los banquillos a la hora de realizar cambios durante
los partidos. Pocos entrenadores mueven ficha en el descanso y casi
todos apuran muchos minutos para efectuar las sustituciones. No se
trata de hacer cambios por hacer, pero sí de evitar que el encuentro
se consuma sin dar oportunidad a los suplentes cuando algo o alguien
no está funcionando, o simplemente cuando el partido está pidiendo
a gritos que el técnico mueva piezas o cambie el sistema.
9) Flexible. No utiliza un único sistema y se
adapta a los jugadores que dispone en cada momento o a las
circunstancias de cada partido (o cada momento del partido). Desde su
debut en el primer equipo, ha jugado con un 4-4-2 y también con un
4-2-3-1, con extremos más puros o con jugadores a pierna cambiada
para buscar la diagonal hacia dentro. Será una ventaja cuando las
lesiones o sanciones empiecen a causar estragos en una temporada tan
larga y exigente.
10) Sentimiento. Abelardo es sportinguista. Lo
demuestra de forma espontánea, como recientemente en su celebración
con el gol logrado en Albacete. Celebra cada triunfo no solo como
entrenador del equipo, sino como aficionado de su equipo.