Ideas claras y cambios para una remontada a fuego lento

Remontada a fuego lento. El Sporting cae en un error si se autoexige el objetivo de alcanzar los puestos de playoff a corto plazo. Que el equipo quiera llegar arriba antes de salir de abajo ha conducido a un exceso de presión, ansiedad, bloqueo y prisas sobre el césped. Durante las últimas temporadas a estos jugadores nunca les ha venido bien este cóctel. Dicen que las finales no se juegan, se ganan; pues bien, el Sporting hace tiempo que (casi) siempre pierde las ‘finales' que disputa. Por este motivo, es aconsejable que encare lo que queda de campaña como una maratón, no como veintitantas carreras de 100 metros lisos en las que se ve obligado a ganar desde el pistoletazo de salida. Al tópico de que la Segunda es muy larga, hay que añadir que lo es tanto que aún a estas alturas sería suficiente ir descontando 1 punto cada dos/tres jornadas para asomarse al objetivo en el decisivo mes final. La remontada debe cocerse a fuego lento. Y de ‘fogones' la familia Sandoval sabe bastante.

Esquema, estilo y once. Esa escalada progresiva debe producirse de forma paralela a un asentamiento de las señas de identidad del equipo. Porque tener las ideas muy claras, sean cuales sean, y ejecutarlas con confianza acerca a la victoria. Decía uno de los grandes del fútbol que hacer un once es tan fácil como poner a los buenos y en su sitio. Tan cierto como simplista. Si se toma como punto de partida que no hay mejor esquema que aquel que permita explotar tus virtudes y esconder tus carencias, el 4-3-3, tan bonito en la teoría, no ha conseguido ese fin en la práctica. En este sentido, es interesante la evolución hacia otro dibujo, cuya primera consecuencia positiva es el desplazamiento de Trejo y David Rodríguez hacia zonas donde pueden hacer más daño. Ahora tienen que llegar refuerzos y suerte, que las lesiones den un respiro y también que unos cuantos futbolistas recuperen su mejor nivel.
 
Renovación y transparencia. Si en el banquillo y en el césped el Sporting se ha ido renovando en los últimos años, en algunos casos por imperativo de los resultados, el resto de ámbitos no debería ser una excepción. Si los números sentenciaron, por ejemplo, a Manolo, los otros números deberían provocar el mismo efecto en los despachos. La inercia del deporte implica decisiones drásticas y dolorosas, más si cabe cuando se trata de gente de la casa o con muchos años de servicio, pero a veces es inevitable. De igual manera suma que el sportinguismo, aparte de aplaudir los aciertos y formar mareonas, esté vivo y pida responsabilidades (con y sin balón de por medio), reclame información y transparencia. Todo encaminado a buscar el beneficio global del Sporting.

Pd: Suerte a Golaverage en esta nueva aventura que emprende y aprovecho estas líneas para animar a la gente a colaborar con www.eternopreciado.com

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