El dilema de Bojan

Nunca he escondido mis debilidades futbolísticas en este blog. Bojan es una de ellas. Desde que lo vi jugar por primera vez, cuando él tenía 16 años, hasta ahora tras unos meses en los que lo fácil -por lo que se lee o escucha- es cargar contra el chaval. Mis argumentos para tener una debilidad hacia cualquier deportista van más allá de números y rendimientos, aunque incluso estos factores jugarían a mi favor.

Si en los últimos veranos siempre surgían voces pregonando que al delantero le convenía salir cedido, esta vez no iba a ser una excepción, más si cabe cuando se habla de renovar la línea de ataque. Cualquier futbolista no querría salir de un club como el Barcelona, es la cima que uno puede alcanzar (junto a tres o cuatro entidades más, cuyo atractivo varía según el momento). Al margen de esta obviedad, en el caso de Bojan intuyo que nunca ha querido salir del Barça principalmente por dos motivos. El primero, porque es muy culé; quiere triunfar con la camiseta azulgrana y haber vivido grandes momentos (la temporada de su debut y el final de la campaña pasada) le hace ver que tiene potencial para lograrlo. Y el segundo, porque los hechos demuestran que los que emigran, cedidos o traspasados, tienen casi cerrada la puerta de regreso.

Este verano tiene un dilema: aceptar la supuesta voluntad del club de animarle a salir (la incógnita sería si traspasado o cedido) o hacer uso de una de sus virtudes, la cabezonería, y demostrar que tiene sitio en el calificado mejor equipo de la historia. Si se va, tiene que escoger muy bien el destino. No todas las Ligas ni todos los equipos que suspiran por él le van a ofrecer unas condiciones favorables para su crecimiento deportivo. Dejemos a un lado el Villarreal: opción óptima en lo futbolístico y fuera del terreno de juego, aunque parece que sólo iría como moneda de cambio, algo que él no acepta. Así, de la lista de clubes incluidos en los rumores, para mí el Arsenal es el rincón idóneo en lo futbolístico, por filosofía de club, por estilo de juego, compañeros que le acompañarán en el césped y por el entorno (niveles de exigencia-urgencia-presión); la adaptación fuera del césped es impredecible. No le veo encajando en el Liverpool y tengo dudas sobre la Roma. Está claro que el Calcio no juega a favor de Bojan, pero tal vez el hecho de que Luis Enrique sea el entrenador ayude y mucho (por el estilo de juego que exportará a la capital italiana y el posible desembarco de más jugadores con el sello de La Masía).

¿Y qué pasaría si se queda? Pues que tendría, una temporada más, muchos factores en contra. La mayoría ajenos a él y casi me atrevería a calificarlos de irreversibles. Bojan tendría menos minutos de los que necesitaría a su edad (y por la tendencia de la última campaña). Y esos minutos serían, en su mayoría, o fuera de puesto (en la banda y no como 9, que es su sitio), y/o con poco tiempo por encuentro para demostrar el fútbol que le convirtió en el mejor goleador de las categorías inferiores culés, y/o con partidos sentenciados-partidos marcados por la ansiedad de un mal resultado. Esto juega en contra de lo que necesita Bojan: confianza+continuidad. Una cosa va ligada a la otra. Lo dije en sus buenos momentos y lo repito ahora, el de Linyola sólo necesita jugar en su sitio de manera regular y saber que tiene la confianza del entorno (entrenador-compañeros-afición). En esos parámetros, sé que el éxito vendría sólo.

Si algún parámetro se ve bloquedado o rebajado, entonces el resultado será una temporada como la recién finalizada. Y es que Bojan posiblemente sea el mayor perjudicado por el (lógico) cambio de rol de Messi, que ha conducido a que sea el epicentro de cualquier decisión en el Barcelona. Ahora, el joven delantero debe centrarse en la sub'21, intentrando abstraerse de todos los movimientos en torno a su futuro. Este torneo puede ser el primer paso en una nueva era para él. Después iremos conociendo los siguientes pasos, los que desvelarán el dilema de Bojan..