Diario de un sportinguista en el 'exilio': Villarreal-Sporting

Esta es la crónica que más pereza me ha dado desde que hago este diario. La razón es que me contagié del Sporting, que viajó a Villarreal a cumplir de la manera más digna posible el trámite. Porque la mente estaba en el encuentro ante el Tenerife, en el que se puede sellar prácticamente la permanencia. Preciado lo insinuó en la previa, lo dijo después del choque y lo demostró durante dando descanso a Rivera, Barral, De las Cuevas y Luis Morán.

Si le unes la baja de Botía y que es muy difícil generar juego con la pareja Camacho-Matabuena en el doble pivote, casi que el equipo gijonés se da por contento con el 1-0. Porque Juan Pablo salvó una goleada. Y no sólo el resultado fue bueno visto lo visto, sino que el Sporting tuvo sus (escasos) minutos para obrar el milagro -dadas las circunstancias- de puntuar, principalmente con una ocasión en la que el balón se paseó por delante de la portería rival.

Debo ser un poco masoca porque cuando todo el mundo no paraba de hablar, escuchar o ver cosas sobre el Clásico, yo dediqué las dos horas previas al Villarreal-Sporting, a sabiendas de lo que iba a ocurrir. Lo tenía clarísimo y aún así vi los 90 minutos de El Madrigal. Se dará por bueno si se gana al Tenerife (flojo a domicilio, pero al que se le da bien El Molinón), pero si no es así, se habrá tirado un partido para nada.

-Villarreal: Diego López, Javi Venta, Gonzalo, Godín, Capdevila, Bruno, Senna, Cani (Ibagaza, Min. 72), Nilmar (Cazorla, Min. 84), Rossi, Llorente (Pires, Min. 63).
-Sporting de Gijón: Juan Pablo, Lora, Gerard, Gregory, Canella (José Ángel, M. 84), Carmelo (De Las Cuevas, M. 67), Camacho, Matabuena, Diego Castro, Kike Mateo (Moran, M. 67), Bilic.
Gol: 1-0. min.15. Godín.