Señor Bernando –y con todos mis respetos al Levante, sus jugadores (dos amistades incluidas) y sus aficionados- el nombrado mejor equipo del siglo XX al que usted dirige se enfrentó al colista de la Liga, que lamentablemente para ellos apenas saben lo que es marcar goles y puntuar. Es mala la envidia, no sé si más la ceguera. Por cierto, ni siquiera el último clasificado recibe más disparos que la gran defensa formada por el ‘barato’ Pepe y ese ‘gran’ valor apellidado Ramos.
Schuster, con su sentido del humor, recordó a los periodistas que desde su llegada el equipo blanco ha hecho disfrutar con partidos que ni por asomo se vieron en los últimos tres años. En primer lugar, añadiría que, con ese presupuesto y esa plantilla, deberían regalar al aficionado al buen fútbol noventa minutos brillantes cada semana o si soy generoso cada quince días; y en segundo lugar, el listón de las últimas tres campañas en ese aspecto no estaba muy alto, así que el mérito tampoco es excesivo.
Resumiendo lo expuesto hasta aquí, Schuster saca pecho de hacer una correcta segunda mitad ante el colista y de haber realizado alguna que otra actuación brillante en algo más de cuatro meses.
Nadie puede discutirle al alemán que ha batido un récord de puntuación en el ecuador de la Liga de los tres puntos, pero el mensaje insistente que transmitieron los máximos mandatarios madridistas y el propio entrenador posteriormente fue que el buen juego era primordial. De hecho, por esa razón se prescindió de Capello. ¿Qué se diría ahora del italiano, por la fama que arrastra, si esta primera vuelta hubiese sido de su cosecha?
Yo no soy madridista ni de cualquier club de Primera División, de ahí que pretenda divertirme cuando veo cualquier encuentro. Por tanto, la sensación que me da este Real Madrid es la misma que me produce ver ‘Ciudadano Kane’ (película técnicamente precursora) o leer ‘Los Pilares de la Tierra’ (posiblemente bien escrita). Los tres, cada uno en su arte, tienen buenas críticas, buenos números, pero me aburren soberanamente. Perdóneme, señor Bernardo, la envidia es muy mala.
Fotos: Google
Bueno tu post sobre el señor Bernardo y su equipo. Estar al lado de gente tan sobervia como Mijatovic debe contagiar aunque el alemán siempre se creyó Dios.
ResponderEliminarTu irónica estrofa final no tiene desperdicio.
Saludos y yo también me disculpo ante Bernardo por mi envidia.
@anonimo
ResponderEliminarLa soberbia y la envidia son dos pecados muy malos jeje. Saludos